El joven de sonrisa alegre de la siguiente foto fue abatido por los disparos del ejército egipcio el 20 de diciembre de 2011 en la plaza de Tahrir.
Rami el Sharqawi
El texto de la foto dice lo siguiente:
ME LLAMO RAMI EL SHARQAWI… Si estuviera vivo, cumpliría 27 años el próximo 15 de abril. Trabajaba de diseñador gráfico, por eso veís el texto coloreado. El 20 de diciembre pasado fue mi último día en este mundo vuestro. Le dije adiós a este mundo en el corazón de la plaza Tahrir. Tras recibir una bala de los militares, pronuncié la shahada (profesión de fe musulmana) y perdí la vida con una sonrisa. He visto cosas que vosotros no habéis visto, que me hicieron saber que no estaba equivocado.
En efecto, Rami falleció la noche del 20 de diciembre, como resultado de los disparos de los francotiradores apostados en lo alto de los edificios gubernamentales que rodean la plaza de Tahrir, que abrieron fuego contra la gente que se manifestaba en la plaza. En el siguiente vídeo, se recoge el momento de su muerte. Un grupo de manifestantes socorre a un herido. Cuando la cámara se acerca, se escuchan nuevos disparos y en el último segundo del vídeo, se oye el grito de Rami al ser alcanzado por la bala.
La muerte de Rami, al igual que el resto de los crímenes cometidos por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, no debe quedar impune. La solidaridad con Rami y su familia ya está en marcha. Su foto ya está colgada en la plaza de Tahrir, junto con la del resto de mártires, y ya se han celebrado marchas para protestar por su muerte, como la que aparece en el siguiente vídeo:
Los manifestantes de Tahrir que protestan contra el régimen militar egipcio llaman a la convocatoria de manifestaciones en Europa contra el último asalto brutal liderado por las fuerzas de seguridad egipcias contra las acampadas de la plaza Tahrir y del Consejo de ministros el pasado 16 de diciembre.
El 18 de diciembre diez personas murieron y cientos resultaron heridas en el ataque. Las protestas en solidaridad con los manifestantes agredidos han empezado a extenderse por todo Egipto y en otros países (Reino Unido, Irlanda, Canadá, Austria, España…).
La gente de Tahrir solicita la movilización urgente para exigir a la Junta militar que detenga de inmediato las agresiones. Los manifestantes pacíficos piden muestras de solidaridad y proponen que pidamos a los gobiernos de todo el mundo, y en especial a los principales aliados del régimen egipcio -Estados Unidos, Reino Unido y otros países europeos como España- que suspendan sus ventas de armas a Egipto y que pongan fin a su apoyo financiero y material al aparato represivo del régimen egipcio.
-Redactemos un comunicado de solidaridad y recojamos firmas de apoyo para enviarlas a la embajada egipcia de nuestro país con copia a las anteriores direcciones.
-Compartamos y difundamos informes e imágenes que documenten los ataques contra los manifestantes para romper la desinformación de los medios estatales egipcios.
Éste es el testimonio de Farida el-Hessi, una de las víctimas de la violencia de la Junta Militar egipcia. En esta entrevista que le realiza el periodista Yosri Fouda en el canal OnTv, cuenta su experiencia del día en que se disolvió una concentración frente al Parlamento.
Ella se encontraba de paso frente al Parlamento porque se dirigía a un hospital cercano donde se necesitaba personal médico, y ella, siendo médica, cuando supo que existía esa necesidad, salió de casa con el objetivo de prestar su ayuda. En el camino vio cómo había militares que desde los tejados y los altos de los edificios lanzaban piedras y una la alcanzó una en el pie. Siguió y entonces vio que había una señora acurrucada y pegada a la pared del Parlamento. Acudió a ella e intentó convencerla de que se fuera de allá, de que corriera con ella, porque aquel lugar no era seguro. La mujer no accedió y ella corrió, avanzando en la calle Qasr el-Ainy.
De repente, unos militares la alcanzaron y comenzaron a golpearla, como se ve en las imágenes del video. Llegó Nour, un amigo suyo, y los pegaron a los dos. A patadas, con las porras y con las manos, los insultaban y cuenta cómo le susurraron amenazas al oido. También dice que la tocaron, y que ella simplemente alejaba sus manos de su cuerpo. No quería entrara en el juego, ni luchar ni defenderse demasiado, porque habría sido la excusa perfecta para que fueran todavía más violentos. Intentaba no mirarles a los ojos directamente, porque lo podían interpretar como provocación. Supo que se trataba de intimidarlos, de meterles miedo.
Entonces los detuvieron y los metieron en un edificio donde había más gente. En el pasillo donde los tuvieron había mucha gente. Además, había oficiales y cargos superiores que vieron lo que estaba pasando y en ningún momento ordenaron que los golpes pararan. Entre la gente había heridos, algunos leves, otros más graves, como un chico cuya cabeza estaba abierta, y que Farida dice necesitaba que se lo llevara una ambulancia. Le pidieron el carné de colegiada, y sabiendo que era médica comenzaron a reírse de ella y a decirle que si había ido a curar a los revolucionarios…También había unas chicas, a las cuales los militares amenazaban e insultaban. Una de ellas respondió, llamando a uno “hijo de…” y éste le dijo: “¿Ah sí?, ¿yo soy un hijo de…? Pues hoy vamos a montarnos un fiestón contigo” Farida vio entonces que ella tenía la cabeza abierta, también. Le preguntó el nombre y apellidos a la chica y se los dijo a su amigo Nour, sentado a su lado, insistiendo en que lo recordara porque esa chica podía ser que no saliera (viva) de allá. Después cuenta cómo siguieron amenazando y riéndose de la chica, hasta el punto de que el militar al que ella había respondido le dijo que si la sacaban, le iba a disparar con arma de fuego. Era una amenaza de muerte seria. A eso siguieron más golpes, lloros de la gente e insultos.
Así siguieron hasta que un médico entró para anunciarles que todos saldrían, porque así lo había acordado con el oficial o el general responsable. Se les habían quitado cámaras, móviles y carnés. Farida tuvo que insistir mucho para que le devolvieran su carné de colegiada y habló con el general que los acompañó a todos al salir, al cual Farida pidió explicaciones de por qué había sido detenida y golpeada si ella no había hecho nada. El general se limitó a disculparse y a decirle que lo sentía, que eso le costaba mucho dinero… Farida intentó explicarle que esa experiencia podría afectar a ella o a quienes la habían vivido con ella hasta el punto de entrar en depresión o en un estado psicológico grave, le instó a imaginarse que eso le sucedía a su hija… pero el general le devolvió el carné y se fue. Así, Farida salió y ya fuera empezó a llorar. No por los golpes ni el dolor físico, sino porque vio que no había entendido nada.
Éste es el relato y el video se corta cuando acaba de explicar esto.
Es indignante lo que está pasando en Egipto, lo que la gente que pide que se les reconozcan los más básicos derechos está teniendo que sufrir. Es espeluznante que se les torture y se les agreda de la manera en que Farida, y muchas otras personas, lo cuentan. Y es despreciable que las chicas y mujeres tengan que sufrir, además de todo eso, agresiones sexistas, acoso sexual y humillaciones, insultos y amenazas machistas.
A continuación os mostramos un vídeo tomado ayer, 20/12/2011, en el hospital de campaña situado en la mezquita de Omar Makram, en la plaza Tahrir. El pequeño llegó con una herida de bala en el pecho sufrida durante los enfrentamientos de la madrugada entre el ejército y los manifestantes.
Las informaciones son confusas, pero el autor del vídeo afirma que el pequeño ha fallecido. Al parecer, las autoridades no permitían el traslado en ambulancia al cercano hospital Qasr el Ayni.
Hace ya casi un año, en enero de 2011, el pueblo egipcio se hartó de décadas de dictadura y protagonizó una revuelta que asombró al mundo. El país entero se echó a la calle y en menos de 18 días consiguieron derribar a un dictador que llevaba 30 años en el poder. Una ola de esperanza y alegría invadió Egipto.
Tras años de dictadura, el pueblo egipcio se echa a la calle en busca de libertad
El ejército parecía “marchar de la mano del pueblo”, y se formó una Junta Militar con el objetivo de asumir “provisionalmente” el poder hasta la celebración de elecciones libres y la formación de un nuevo gobierno democráticamente elegido.
Sin embargo, casi un año después del comienzo de la revuelta, las esperanzas de libertad siguen sin verse realizadas. La Junta Militarse mantiene en el poder, miembros y estructuras del antiguo régimen siguen rigiendo la vida política egipcia y el ejército acalla con dureza las voces de la gente que sigue reclamando justicia en la calle. Desde aquellos felices días de la caída de Mubarak, el número de muertos en enfrentamientos con las fuerzas del orden y de detenidos sometidos a juicios militares no ha parado de aumentar.
La represión se ha cebado especialmente con las mujeres
Por este motivo, un grupo de personas vinculadas con Egipto hemos decidido unirnos y crear este blog para compartir información sobre lo que está sucediendo y los medios de información no nos quieren contar. Para fomentar la solidaridad con el pueblo egipcio. Para que la voz de Tahrir se oiga en todas las plazas del mundo.
lavozdetahrir 